«Acércate a tí mismo, a tu propia Luz, a tu propia esencia
y mana con ella, brilla con ella.
Sé uno con ella.»

Bajo La Luz, todos Somos Uno

Mensaje dirigido por Emmanuel…

Querido hermano:

Hoy te noto triste, apesadumbrado,
por aquello que no consigues olvidar, ni perdonar.

La culpa y la tristeza te han atrapado otra vez y no consigues
quitarte ese tremendo peso que sientes en el pecho.

Nuevamente el Sol parece no brillar
y la lumbre parece no calentar.

Tu corazón tan fuerte y acorazado algunas veces,
hoy se entristece y permanece frío frente a la belleza,
frente a La Luz.

Hoy te entristece todo…
el mundo, el futuro de tus hermanos
y la cercanía de la revelación de tu misión.

Es que la tarde se ha vuelto fría
y la noche amenaza ser muy oscura.

Hoy sientes pena por todo y por todos,
hoy sabes que nada de lo que hagas
podrá alejar esta tristeza,
hoy sabes que nada de lo que digas
podrá hacer más fácil tu pena…
pues sabes que es necesaria.

El cambio se ha iniciado
y la separación de la cómoda idea de la identidad
te aterra,
pues se disuelve en el viento,
en la visión del infinito
y en la certeza de ser parte de todo y de todos.

Sabes que no tienes límites,
pues bajo La Luz, todos Somos Uno.

No temas, sabes que el perder esta identidad,
esa idea de identidad, esa fácil aceptación de la identidad
que te hace pensar único, te hace creer que eres algo único,
te hace sentir único entre todos los seres
y que te ha servido de escudo
para evitar que otra identidad ocupe tu importancia…
ahora ya no estará presente,
pues tu corazón latirá en infinitos pechos,
tu aire alimentará infinitos pulmones
y ese amor propio tan dedicado a tu identidad,
se expandirá sin límites cubriendo a todo y a todos.

Deja fluir tus lágrimas,
despide con cariño a ese antiguo yo…
a ese antiguo ser
merecedor de todos tus cuidados.

No temas,
tu esencia permanecerá indisoluta
en medio de la tormenta,
ni temas al agua que cubrirá tu balsa,
pues ella será siempre tuya.

Pues aunque la construcción pesada de lo que llamas tu ser
se hunda en la oscuridad de las aguas, esa parte de ti
que emanó originalmente con los dones del Padre
estará allí, intacta, esperando sólo ser llamada.

Hoy yo te pido que llores.

Hoy te pido
que esa honda tristeza que te ahoga…
mane de ti mansamente
como manan las aguas del manantial de la tierra.

Observa la noche que se extiende ante ti,
es grande, es inmensa,
parece terriblemente larga,
pero tiene fin.

Muy pronto llegará la mañana, saldrá el Sol
y los pájaros volverán a cantar.

Mira que aún después del más fuerte de los vendavales,
siempre salen las estrellas.

Pero es necesario que dejes manar la tristeza,
es necesario que digas adiós a ese antiguo ser.

Es necesario que olvides y aceptes esta nueva entidad.

Hoy te pido que no trates de detener
aquello que ya comenzó…
pues así sólo lo harás más difícil.

Acércate a ti mismo,
a tu propia Luz, a tu propia esencia
y mana con ella, brilla con ella…

Sé uno con ella.

Debes bajar los peldaños de tu ser,
hasta llegar a lo que realmente Eres,

para estar entonces

«amidá mul Elohim…»*

Que Eres tú mismo.

* Es la conexión y meditación principal dentro de la oración,

cuando el orador se encuentra en la intimidad, de pie frente a Dios.

Aprende a aceptar que eres luz de estrella
y estrella al mismo tiempo
y no permitas que tu falsa identidad
te aleje de quien eres en realidad.

Hoy debes llorar, porque sólo llorando podrás ver La Luz,
pues ella sólo se mira a través de las lágrimas.

Mírame, mírame a los ojos, atrévete a hacerlo
y no permitas que otros ojos… que la visión
de aquellos miles de ojos que has tenido,
verdes, azules, negros como la noche o claros como la miel,
te alejen de la visión de tus propios ojos,
que son los míos.

No temas, ni temas perderte…
nada se pierde ante los ojos del Padre.

Él sabe donde va cada pájaro y cuando nace cada flor…
y no importa que esa flor no tenga un nombre,
es su hija, es su hermana y eso es suficiente.

Hoy derrámate en luz con cada lágrima.

Hoy deja que fluya la tristeza.

Ya habrá tiempo para reír.

Pero hoy, vuélvete a mí,
que soy tú…

Y déjame brillar en ti…
para que brilles tú.

Te ama, tu hermano,

Emmanuel.

La nacionalidad agrupa hombres.

La comprensión los une.

José Narosky

2 comentarios en «BAJO LA LUZ, TODOS SOMOS UNO»

  1. “…la fe es un ejercicio del amor y la espera: es saber que el tiempo de maduración del grano es distinto al de nuestra impaciencia” ( Victor Massuh) Para vos, Mario Gluzman, guía tenaz y humano del bien…

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