Steveland Judkins Hardaway conocido como Stevie Wonder.
Ciego a la edad de un mes, se convierte en Niño Prodigio de la música desde los 5 años.

Reconocido como un gran Activista por los Derechos Humanos
«El mundo necesita a Stevie».

¿De qué debe huir el hombre?

Mensaje dirigido por Emmanuel…

Querido hermano:

Esta tarde fría, en este lugar tan lejano de nuestra playa
de fina arena y nuestros olivares susurrantes, he recordado,
como tantas otras veces, aquellos momentos que compartimos
en esa franja de tierra tan cerca del mar y vecina del desierto,
que fue nuestro hogar durante aquellos años,
años inolvidables que marcaron para siempre nuestras vidas.

Amado Israel:

¿recuerdas cuán cercanos estábamos entonces,
cuán animadas conversaciones en el Seder*,
después de la comida, cómo compartíamos
con los otros hermanos, con los amigos
que habían escogido seguirnos, las revelaciones y la preparación?

¿Recuerdas, hermano cuando en las noches
previas al Shabat nos reuníamos en nuestra cueva
y allí escondidos de los ojos de los demás, frente a un fuego
o un tazón de buen caldo o leche tibia, hombres y mujeres
discutíamos sobre la Torá y sobre la revelación
que la corregía y humanizaba?

* Orden o programa

Aún mantengo vivo el recuerdo de aquel encuentro
con el Sumo Sacerdote, cuando en plena calle me dijo
en voz muy alta, para que el resto de la comunidad oyera:

¿Es cierto que ustedes leen y discuten la Torá con sus mujeres
a sabiendas de que está prohibido
hacer llegar la ley a seres inferiores que no la entenderían,
ni aunque se las dieras a comer?

Te pusiste tan tenso, temías por nuestra seguridad
y la de nuestras amadas esposas, hermanas o discípulas
y te aprestaste a negarlo todo vehementemente.

Con firmeza y seguridad te tomé del brazo
y encaré al Sacerdote.

Le dije suavemente:

¿Puede un cordero pascual
nacer de una inmunda rata de puerto?

No, por supuesto que no, me respondió él con claro fastidio.

Y yo volví a preguntar:

¿Puede un Sumo Sacerdote toda autoridad del Templo,
nacer de un gusano de cadáver insepulto?

El hombre comenzó a sudar, los ojos de sus ayudantes
se posaban en nuestros rostros y su boca balbuceaba
sin completar ninguna respuesta.

Entonces fui yo el que respondió:

No, no puede nacer de un gusano impuro aquel que practica
y hace saber La Ley, no, porque dentro de una mujer se gestó,
de sus pechos bebió la vida y con su sangre fue bañado
al momento de nacer.

¿Puede ser considerado inmundo
el nido en el cual se gesta el halcón
que luego vuela libre redimido por la verdad?

En verdad te digo,
que es tres veces desdichado
aquel que da poco valor al vientre del que nació
y llama ser inferior a aquella que con sus pechos le alimentó.

El hombre bajó los ojos y siguió su camino.

Y tú me preguntaste, si no temía enemistarme
con el hombre más poderoso de la comunidad.

Yo te respondí:

Que más temía enemistarme conmigo mismo,
pues de él podía huir,
pero de lo que realmente creía y era
no podía huir jamás.

Seguimos caminando y tú reflexionabas en silencio
y cuando ya nos encontrábamos lejos de la aldea
me miraste a los ojos y me preguntaste:

Hermano:

¿De qué debe huir el hombre?

Conocía cómo pensabas y sabía que mis palabras
habían llegado profundamente a tu ser.

¡Yo sabía de qué quería huir yo!

Del destino voluntariamente aceptado,
quería huir de la separación forzada de mis seres queridos
ya tan cercana, quería huir de la muerte y del dolor,
quería huir de mi propia misión y de mi ser,
pero no podía hacerlo y aunque así pudiera, no lo haría.

Me senté a un lado del polvoriento camino
y soltando mi sandalia, dejé que una piedrecilla que me había
atormentado desde unos pasos atrás, rodara hacia el suelo.

Una sandalia es una sandalia, no será jamás
una coraza de guerra, ni será jamás un tonel de vino…
pues ella ha sido hecha para ser una sandalia
y proteger los pasos del hombre que la lleva.

Si ella pretendiera ser otra cosa, sencillamente
no cumpliría la misión para la cual fue hecha
y entonces seria inútil.

Así cada ser tiene en su esencia,
el motivo y la razón para el cual fue pre ordenado:

su misión particular y su sentido de vida.

Si un hombre hubiera nacido con el don de hacer fuertes redes
y pretendiera ser carpintero…
posiblemente sería un regular carpintero,
cuando hubiera podido ser un excelente tejedor de redes…
y quizás su talento se desperdiciaría
tratando de ser lo que no es.

Si un carpintero
que recibió el don de hacer hablar a la madera,
de hacer bellos bancos y fuertes puertas…
quisiera hacerse tejedor de redes,
seguramente sería un regular tejedor de redes,
pero su don de hablar con la madera se perdería.

Un hombre debe huir…
de todo aquello que le aleje
del conocimiento
de su verdadera naturaleza.

Un hombre debe huir…

de aquello que deliberadamente daña
a ese ser único e irrepetible que es él
y a veces le obliga a tratar de ser o copiar a ese otro,
que no es él.

Un hombre debe huir…

de aquello que le impele a dañar a otro ser
y de aquello que le hace creer
que por algo que hizo o dejó de hacer,
estará para siempre alejado y dejado de lado
por el Amor del Padre.

Un hombre debe huir…

de aquello que daña o envilece su cuerpo,
del fruto descompuesto o del vino que intoxica,
del humo que envenena y no deja pensar
y de la semilla del odio
que tuerce su mirada y envenena sus palabras.

Un hombre debe huir… en suma,
de todo aquello que trata de convertirlo
o que le obliga a actuar
o pretender ser, quien no es.

El Amor del Padre
se manifiesta en todos y cada uno de nosotros,
parte de esa manifestación
es la diferencia de caracteres, visiones y pensamientos
que tenemos todos.

Eso es hermoso
y por eso un hombre no debe copiar lo que otro dice,
a menos que esas palabras
hayan llegado profundamente a su corazón…
y se hayan hecho uno con él.

Un hombre no debe mentirse a sí mismo…
pues sería como ensuciar el agua de la cual va a beber.

De nada más debe huir el hombre, pues cada uno
ha recibido un don, cada uno ha sido hecho único,
cada uno es hermoso y responsable de sí mismo
y de la forma en que esta unicidad
se relaciona con las demás.

Es ver La Luz
en el momento en que tus ojos
descubren La Luz en el otro.

Es sentir el amor
en el momento en que tu amor
descubre el amor en el otro…
y ama.

El hombre sólo debe temer…
al hombre… a sí mismo,
a no ser responsable con su ser,
con su cuerpo y con su alma.
El hombre sólo debe temer…
al juicio emitido por su boca
que pueda herir el alma de su hermano
y a la piedra lanzada por su mano
que puede herir el cuerpo de su hermano.

El hombre sólo debe temer…
a dejar de lado el amor,
a no vivir el amor,
y a no dar ese amor
que tan grandemente ha recibido del Padre.

¡Nunca olvides esto mi amado Israel!

Te quiere,

Emmanuel.

“Si la causa del gran dolor, es el leve placer

y la causa del gran placer, es el leve dolor…

vivamos sembrando el leve dolor

y cosecharemos el gran placer.”

Dr. Carlos W. Castañeda E.

1926 – 2000

De que debe huir el hombre

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