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SEMANA 49- EJERCICIOS 337 AL 343

Imagen Curso de Milagros

Un Curso de Milagros- Ejercicios

Fundación para la Paz Interior
Traducido por Rosa M. G. De Wynn y Fernando Gómez

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SEMANA 49 – EJERCICIOS DEL 337 AL 343


LECCIÓN 337
Mi impecabilidad me protege de todo daño.
1. Mi impecabilidad garantiza mi perfecta paz, mi eterna seguri­dad y mi amor, imperecedero; me mantiene eternamente a salvo de cualquier pensamiento de pérdida y me libera completamente del sufrimiento. 2Mi estado sólo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da. 3¿Qué debo hacer para saber que todo esto me pertenece? 4Debo aceptar la Expiación para mí mismo, y nada más. 5Dios ha hecho ya todo lo que se tenía que hacer. 6Y lo que tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues sólo necesito aceptar mi Ser, mi impecabilidad, la cual se creó para mí y ya es mía, para sentir el Amor de Dios protegiéndome de todo daño, para entender que mi Padre ama a Su Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama.
2. Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado con respecto a lo que soy. 2Era yo quien estaba equivocado al pensar que había pecado, pero ahora acepto la Expiación para mí mismo. 3Padre, mi sueño termina ahora. 4Amén.

LECCIÓN 338
Sólo mis propios pensamientos pueden afectarme.
1. Con este pensamiento basta para dejar que la salvación arribe a todo el mundo. 2Pues es el pensamiento mediante el cual todo el mundo por fin se libera del miedo. 3Ahora cada uno ha aprendido que nadie puede atemorizarlo, y que nada puede amenazar su seguridad. 4No tiene enemigos, y está a salvo de todas las cosas externas. 5Sus pensamientos pueden asustarlo, pero, puesto que son sus propios pensamientos, él tiene el poder de cambiarlos sustituyendo cada pensamiento de miedo por un pensamiento feliz de amor. 6Se crucificó a sí mismo. 7Sin embargo, Dios planeó que Su Hijo bienamado fuese redimido.
2. Padre mío, sólo Tu plan es infalible. 2Todos los demás fracasarán. 3Y tendré pensamientos que me asustarán hasta que aprenda que Tú ya me has dado el único Pensamiento que me conduce a la salvación. Sólo mis propios pensamientos fracasarán, y no me llevarán a ninguna parte. 5Mas el Pensamiento que Tú me diste promete conducirme a mi hogar, porque en él reside la promesa que Tú le hiciste a Tu Hijo.

LECCIÓN 339
Se me concederá todo lo que pida.
1. Nadie desea el dolor. 2Pero puede creer que el dolor es placer. 3Nadie quiere eludir su felicidad, 4mas puede creer que la dicha es algo doloroso, amenazante y peligroso. 5No hay nadie que no haya de recibir lo que pida. 6Pero puede estar ciertamente confun­dido con respecto a lo que quiere y al estado que quiere alcanzar. 7¿Qué podría pedir, pues, que al recibirlo aún lo siguiese dese­ando? 8Ha pedido lo que le asustará y le hará sufrir. 9Resolvamos hoy pedir lo que realmente deseamos, y sólo eso, de manera que podamos pasar este día libres de temor, y sin confundir el dolor con la alegría o el miedo con el amor.
2. Padre, Te ofrezco este día. 2Es un día en el que no haré nada por mi cuenta, sino que tan sólo oiré Tu Voz en todo lo que haga. aY así, Te pediré únicamente lo que Tú me ofreces y aceptaré únicamente los Pensamientos que Tú compartes conmigo.

LECCIÓN 340
Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.
1. Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. 2Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. 3Su sufrimiento ha terminado. 4Pues él oirá Tu Voz exhortán­dole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. 5Gracias por el día de hoy, Padre mío. 6Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él.
2. ¡Regocíjate hoy! 2¡Regocíjate! 3Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. 4Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. 5Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. 6No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor.

13. ¿Qué es un milagro?
1. Un milagro es una corrección. 2No crea, ni cambia realmente nada en absoluto. 3Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso. 4Corrige el error, mas no intenta ir más allá de la percepción, ni exceder la función del perdón. 5Se mantiene, por lo tanto, dentro de los límites del tiempo. 6No obstante, allana el camino para el retorno de la intem­poralidad y para el despertar del amor, pues el miedo no puede sino desvanecerse ante el benevolente remedio que el milagro trae consigo.
2. En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe como uno. 2Y así, nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque no la entiende. 3El mila­gro invierte la percepción que antes estaba al revés, y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que ésta manifestaba. 4Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la verdad. 5Ahora puede verse que el perdón está justificado.
3. El perdón es la morada de los milagros. 2Los ojos de Cristo se los ofrecen a todos los que Él contempla con misericordia y con amor. 3La percepción queda corregida ante Su vista, y aquello cuyo propósito era maldecir tiene ahora el de bendecir. 4Cada azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del amor. 5Y cada una de ellas se deposita ante la Palabra de Dios, en el altar universal al Creador y a la creación, a la luz de la perfecta pureza y de la dicha infinita.
4. Al principio el milagro se acepta mediante la fe, porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para concebir aquello que no puede ver ni entender. 2No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe. 3Y así, el milagro justificará tu fe en él, y probará que esa fe descan­saba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí.
5. Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. 2Ahora tienen agua. 3Ahora el mundo está lleno de verdor. 4Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal.

LECCIÓN 341
Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo.
1. Padre, Tu Hijo es santo. 2Yo soy aquel a quien sonríes con un amor y con una ternura tan entrañable, profunda y serena que el universo te devuelve la sonrisa y comparte Tu Santidad. 3Cuán puros y santos somos y cuán a salvo nos encontramos nosotros que moramos en Tu Sonrisa, y en quienes has volcado todo Tu Amor; nosotros que vivimos unidos a Ti, en completa hermandad y Paternidad, y en inocencia tan perfecta que el Señor de la Inocencia nos concibe como Su Hijo: un universo de Pensa­miento que le brinda Su plenitud.
2. No ataquemos, pues, nuestra impecabilidad, ya que en ella se encuentra la Palabra que Dios nos ha dado. 2Y en su benévolo reflejo nos salvamos.

LECCIÓN 342
Dejo que el perdón descanse sobre todas las cosas, pues de ese modo es como se me concederá a mí.
1. Te doy gracias, Padre, por el plan que ideaste para salvarme del infierno que yo mismo fabriqué. 2No es real. 3Y Tú me has proporcionado los medios para comprobar su irrealidad. 4Tengo la llave en mis manos, y he llegado hasta las puertas tras las cuales se halla el fin de los sueños. 5Me encuentro ante las puertas del Cielo, sin saber si debo entrar y estar en casa. 6No dejes que hoy siga indeciso. 7Quiero perdonar todas las cosas y dejar que la creación sea tal como Tú quieres que sea y como es. 8Quiero recordar que soy Tu Hijo, y que cuando por fin abra las puertas, me olvide de las ilusiones ante la deslumbrante luz de la verdad, conforme Tu recuerdo retorna a mí.
2. Hermano, perdóname ahora. 2Vengo a llevarte a casa conmigo. 3Y según avanzamos, el mundo se une a nosotros en nuestro camino a Dios.

LECCIÓN 343
No se me pide que haga ningún sacrificio para encontrar la misericordia y la paz de Dios.
1. El final del sufrimiento no puede suponer una pérdida. 2El regalo de lo que lo es todo tan sólo puede aportar ganancias. 3Tú sólo das. 4Nunca quitas. 5Y me creaste para que fuese como Tú, de modo que el sacrificio es algo tan imposible para mí como lo es para Ti. 6Yo también no puedo sino dar. 7Y así, todas las cosas me son dadas para siempre. 8Aún soy tal como fui creado. 9Tu Hijo no puede hacer sacrificios, pues es íntegro, al ser su función completarte a Ti. 10Soy íntegro por ser Tu Hijo. 11No puedo perder, pues sólo puedo dar, y así, todo es mío eternamente.
2. La misericordia y la paz de Dios son gratuitas. 2La salvación no cuesta nada. 3Es un regalo que se debe dar y recibir libremente. 4Y esto es lo que vamos a aprender hoy.

Un Curso de Milagros-Manual para el Maestro

Fundación para la Paz Interior
Traducido por Rosa M. G. De Wynn y Fernando Gómez

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Capítulo 26

¿ES POSIBLE LLEGAR A DIOS DIRECTAMENTE?

1. Sin duda alguna, pues no hay ninguna distancia entre Él y Su Hijo. 2Su conciencia se encuentra en la memoria de todo el mundo y Su Palabra está impresa en el corazón de todos. 3No obstante, dicha conciencia y dicha memoria sólo podrán traspa­sar el umbral del reconocimiento cuando se hayan eliminado todos los obstáculos que se oponen a la verdad. 4Mas ¿para cuán­tos es éste el caso? 5De ahí que los maestros de Dios sean necesa­rios. 6Y aunque éstos no han alcanzado todavía el entendimiento necesario, se han unido a otros. 7Esto es lo que los diferencia del resto del mundo. 8Y esto es lo que permite que otros abandonen el mundo con ellos. 9Solos no son nada. 10Pero en su unión reside el Poder de Dios.
2. Hay quienes han llegado a Dios directamente, al haber dejado atrás todo límite mundano y al haber recordado perfectamente su propia Identidad. 2A éstos se les podría llamar los Maestros de los maestros porque, aunque ya no se les puede ver, todavía se puede invocar su imagen. 3Y aparecerán en el momento y en el lugar en que pueda ser de utilidad que lo hagan. 4A quienes su aparición les podría atemorizar, les dan sus ideas. 5Nadie puede invocarlos en vano. 6No hay nadie de quien ellos no sean cons­cientes. 7Son conscientes de todas las necesidades, y reconocen y pasan por alto todos los errores. 8Llegará un día en que todo esto se entenderá claramente. 9Mientras tanto, ellos les dan todos sus dones a los maestros de Dios que acuden a ellos en busca de ayuda, pidiendo todas las cosas en el Nombre de ellos y en nin­gún otro.
3. Es posible que en algunas ocasiones un maestro de Dios tenga una breve experiencia de unión directa con Dios. 2Sin embargo, es casi imposible que en este mundo una experiencia así pueda per­durar. 3Tal vez se pueda alcanzar tras mucha devoción y dedica­ción, y luego mantenerse durante gran parte de la estancia en la tierra. 4Mas eso es tan raro, que no se puede considerar una meta realista. 5Si sucede, bien. 6Si no sucede, bien también. 7Todos los estados mundanos son en cualquier caso ilusorios. 8Si se alcanzase a Dios directamente en una conciencia continua, el cuerpo no se podría conservar por mucho tiempo. 9Aquellos que han abando­nado el cuerpo con el único propósito de ser de ayuda a los que aún están aquí son en verdad muy pocos. 10Y ellos necesitan ayu­dantes que aún se encuentren en cautiverio y que aún estén dor­midos, para que con su despertar pueda oírse la Voz de Dios.
4. No te desesperes, pues, por causa de tus limitaciones. 2Tu fun­ción es escapar de ellas, no que no las tengas. 3Si quieres ser oído por los que sufren, tienes que hablar su lengua. 4Si quieres ser un salvador, tienes que entender de qué es de lo que hay que esca­par. 5La salvación no es algo teórico. 6Examina el problema, pide la respuesta, y cuando te llegue, acéptala. 7No tardará mucho en llegar. 8Se te proveerá de toda la ayuda que estés dispuesto a aceptar, y toda necesidad que tengas será satisfecha. 9Por lo tanto, no nos preocupemos demasiado por objetivos para los que toda­vía no estás listo. 10Dios te acepta en el nivel en el que estás y te da la bienvenida. 11¿Qué más puedes desear, cuando esto es todo lo que necesitas?

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