«Que el paso del niño vacilante,
sólo se hace paso firme de hombre,
cuando aprende a evitar las caídas».

EL PASO DEL NIÑO VACILANTE

Sé que los asustan las oscuras sombras
y que esa sensación de inquietud y desasosiego
se hace cada vez más fuerte en sus corazones.

¡Cómo desearía hacerles el camino más sencillo,
más mullido,
para que no lamentarais las caídas,
ni dolieran los golpes!

Pero ha sido escrito:

«Que el paso del niño vacilante,
sólo se hace paso firme de hombre,
cuando aprende a evitar las caídas».

Y el alma que tiembla en la noche,
sólo accederá a la luz del día,
al pasar a través de las penumbras de la noche.

¡ Cuantos de ustedes ahora se preguntan !

¿ Cómo es posible que hayáis acudido al llamado,
cuando eran tan felices
vuestras circunstancias anteriores ?

¡ Y bien sabéis por qué !

Porque amáis grandemente a vuestros hermanos
y a vuestro planeta.

Y por eso habéis abandonado vuestros verdes prados,
vuestras suaves camas,
para venir aquí a trabajar incesantemente
por el despertar y la evolución de vuestra amada tierra.

Debo explicarles ahora,
el por qué este cambio se ha de producir ahora
y no cuando fue predicho
por tantas y tantas voces antiguas.

Está escrito que el hombre
no puede leer en las letras del firmamento
y el profeta sólo puede acceder
a aquella parte de la historia,
que sus facultades le permiten ver.

Y sucede…
que si bien un hecho puede estar previsto
para suceder con mucha anticipación,
debido al programa de evolución de cada planeta,
este hecho puede ser adelantado o demorado
según las condiciones de las inteligencias allí presentes,
se hagan más o menos sutiles.

Es por eso que ahora,
cuando la inteligencia más evidente de los presentes
en su amada tierra,
ha comenzado a evidenciar los signos
de un débil despertar,
debe darse este don a todo ser vivo,
para que pueda pasar junto con su planeta
al nuevo nivel de evolución.

Han de entender
que muchos de vuestros hermanos
llevan mucho tiempo esperando este cambio…
por eso han detenido su evolución un largo tiempo.

Además, la falta de evolución
ha provocado que el hombre haya deteriorado
su aire, su agua y su suelo
y esto ha generado enfermedad, miseria y hambre.

Pero al cambiar el planeta
estas consecuencias se harán menores,
hasta desaparecer.

Y una vez que aquellos
cuya evolución así lo indique,
pasen a niveles más sutiles,
la cantidad de seres cuya evolución
sea la misma del nuevo nivel del planeta…
esta será la adecuada.

¿ Cuántos de ustedes decidirán quedarse
a ser guías del Hombre Nuevo ?

Sólo las circunstancias de cada uno así lo indicarán.

Pero debéis saber,
que sin importar cuales se queden como guía
y cuales partan de retorno a los niveles sutiles,
de donde regresasteis para cumplir ésta,
su última gran misión de amor,
ésta, su misión,
habrá concluido muy pronto
y podréis marchar con regocijo en vuestras esencias,
pues seréis recordados…
antes que como seres de luz y sabiduría,
como seres de amor y compasión infinitas.

¡Así sea!

Hoy les hablaré de la sanación con la presencia
y de la sanación en ausencia.

Se darán las circunstancias en que
la imposición directa de vuestras manos sobre el doliente,
será imposible debido al número de dolientes
o a la distancia que los separa de ellos.

En todo caso,
no penséis que de ser así la sanación,
no podrá llegar a la multitud
que así lo requiera o lo demande.

¡ No !

Es el don de la sanación un don alado…
es decir,
que puede ir allí donde vuestra voluntad así lo indique.

Haced pues sanaciones distantes en forma personal
o en compañía de vuestros hermanos, así:

Alejaos en lo posible
lo necesario para poder llegar sin interrupciones,
a vuestro hogar interior…
es decir, en soledad y silencio
( si es sólo uno quien lo hace )
o en pleno silencio
( si son varios los hermanos
que deciden hacer la sanación ).

Comenzaréis a activar vuestros niveles arcanos,
respirando varias veces como ya os he indicado,
hasta que sintáis todos y cada uno
de vuestros centros de ser
( la frente, el centro del pecho
y las yemas de los dedos )
pulsar suavemente con ritmo de vuestro corazón.

En ese momento soltaréis lentamente el aire
y ordenaréis, sin sonido,
la sanación de la gente que visualicéis
en vuestros ojos cerrados.

Debe fluir la sanación
de vuestro pecho a vuestros dedos,
y estos deben descansar
en las palmas de vuestros hermanos allí reunidos,
o en vuestras propias palmas si estáis solos.

Debéis tratar de visualizar
lo más vívidamente posible
al o los seres que deseáis sanar
y debéis transmitir no sólo sanación,
sino también amor y luz.

Permaneced en este estado no más de pocos minutos.

Evitad permanecer en este estado
demasiado tiempo,
pues el mismo produce fatiga…
y no debéis fatigar vuestro ser sutil,
antes de que el cambio haya sido total.

Una vez terminada la sanación,

debes decir suavemente:

¡ Así sea !,

o

¡ Amen !,

u…

¡ OM !

Y permaneced en silencio
hasta que vuestra respiración se haya calmado
y vuestros centros vitales cesen de pulsar.

Si sentís necesidad de influir
sobre un ser o comunidad en especial,
para llevar paz consuelo, despertar o reconciliación,
o influir para matizar la negatividad
o intemperancia de alguien,
debéis reuniros
y luego de activar vuestros centros de ser,
tomados de las manos o de los hombros,
debéis concentraros
en la apariencia física
del ser o seres que deséis influir
y decretad cada uno de ustedes,
que sobre ese ser o seres,
se haga La Luz y el entendimiento.

Enviad aquellas Palabras Vivas
que vuestro pecho así indique
y en plena luz y conciencia…
invocando La Luz y el Amor del Padre…
enviad éstas, vuestras ideas,
en pleno amor a ese ser o seres.

Pero guardaos de hablar
en odio, en juicio, o en censura…
pues si es así,
vuestra Palabra Viva,
puede dañar al ser y hacerle más negativo
y además dañaros a vosotros mismos.

Así pues esto sólo lo podéis hacer
si estáis en plena luz y conciencia…
en pleno silencio y paz interior.

Durante el cambio será necesario muchas veces
dar luz y amor al planeta y su gente en total.

Para ello,
cada uno de vosotros debe cultivar en su corazón,
“el amor por toda la extensión del mismo”
“y por todas las criaturas que en él habitan”.

Debéis activar vuestros centros de poder,
y envolver en este amor
el sentimiento que por el planeta
y sus criaturas mora en ustedes.

Haced esto tantas veces al día,
como vuestro ser os indique
y no temáis cansaros,
pues al dar amor,
este amor se vuelve a vosotros como luz y energía.

La guerra genera en los cuerpos sutiles
de los sitios en los que se manifiestan,
un espejo que lejos de disipar el odio
y el dolor de las guerras,
las devuelven una y otra y otra vez
sobre los pueblos que las sufren.

Es por esto que es necesario
que este espejo sea roto
y para ello es necesaria la sanación
de los cuerpos sutiles que envuelven estos lugares.

Esto lo haréis sólo
con el poder de vuestras esencias,
concentrando todo el deseo de sanación y limpieza
en algo que para vosotros
represente el sitio a curar.

Podéis usar un símbolo o representación,
un objeto o luz…
pero lo importante es que el objeto que escojáis
despierte en vosotros
la evocación del sitio a sanar y limpiar.

Debéis dejar que el aspecto de este objeto
penetre vuestra mirada interior
y allí debéis exponerlo muchas veces
a La Luz de vuestro hogar interior
sin dejar de decretar
la sanación de los cuerpos sutiles,
y la limpieza de los mismos.

Nada debe turbar la energía de ese momento,
por lo que debéis estar seguros
de que el mismo no sea molestado
por circunstancias exteriores.

La música puede también ayudaros
en vuestra labor de amor y consuelo.

Escoged sólo aquellas melodías
cuyas resonancias sean acordes
con el sentimiento que deseáis contactar.

Una vez elegida la melodía adecuada,
activad vuestros centros de ser,
y envolved el sonido de la melodía,
con la energía de sanación,
de consuelo o de limpieza que deseáis enviar.

Una vez que sintáis que ya la melodía
es vehículo de vuestro sentimiento, deseos y don,
soplad suavemente
para que sea llevada por el viento
al sitio que vuestro ser determine
y podéis energizar cada nota y cada acorde,
para que siendo parte vuestra en ese momento,
os lleve en ella
hacia el lugar donde vuestro ser es necesario.

Evitad las melodías disonantes
o de musicalidad violenta o desgarradora,
pues ellas transmutan el mensaje a ser enviado
y lo convierten en mensaje de angustia y temor,
provocando necesidad de agresión y discordia.

Os ama grandemente

Vuestra Madre

Miriam

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