Prólogo de José Narosky

Considero que las palabras que acarician, son las que mejor penetran.

Y así se expresa, con total suavidad, este excelso comunicador, que quizá ignora que lo es y que se llama Mario Gluzman.

Y con esas palabras que nos regala por doquier, realiza una especie de altruismo.

Y como tal, no necesita la gratitud de los beneficiarios.

También es un verdadero maestro que nos enseña sin tomarnos exámen.

Todo escritor escribe su biografía.

Y en ese sentido Mario Gluzman no es la excepción aunque no desee hacerla.

Pero en su libro no hay fechas, ni estudios, ni logros, que no fueron pocos.

Claro está que, sí, su ternura, su pureza, su calor humano, su profundidad y en no pequeña medida, su singular talento.

La humanidad necesita libros como este de Mario Gluzman, que desde su primera página, se revela como una verdadera aventura del espíritu.

Estamos inequívocamente en presencia de un comunicador original.

Porque logra asombrarnos con lo cotidiano.

Y esto es privilegio de pocos…

Agregaría en definitiva, que Mario Gluzman demuestra ser muy generoso.

Porque nos regala todo su tesoro interior, a cambio solamente, de comprensión.

Gracias Mario, por sumar belleza, a la verdad…

José Narosky
Escritor

Aforismos

“¡Cómo envidio tu fragancia!”
dijo el pájaro a la flor.

“¡Pero yo envidio tu vuelo!”
gentil, la flor contestó.

Y el hombre con su arrogancia,
falto de aroma y color,
sin poder dejar el suelo
flor y pájaro mató.

José Narosky.

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