Deben entender que es la mente del niño
libro abierto para el entendimiento,
su espíritu agua fresca para beber
y sus cuerpos semillas que germinan.

“Vivir profunda
y conscientemente sus vidas”

Les he hablado en varias oportunidades,
de aquellos cambios
que una vez que el despertar
se manifieste en su forma dual en todos
y cada uno de ustedes,
se harán presentes en sus días.

He hablado de la necesidad de mantener vuestros cofres

debidamente aseados y saludables.

Pues bien poco puede hacer un sanador,
si porta en sí mismo la enfermedad.

Sé que el cambio es inminente en la mayoría de ustedes,
pero aun así no descuiden su propia sanidad.

Así que deben mantenerse sanos,
haciendo uso de los dones que en ustedes moran,
recordando siempre que la sanación no es fruto casual
que en sus cuerpos ha nacido,
sino más bien dones muy antiguos,
que por bien,
han sido otorgados para que sean usados en bien,
para aliviar el entorno y el malestar de sus circunstancias.

Deben vivir sus vidas en sanidad y en santidad,
sin que ello signifique en ningún momento,
“Reprimir su herencia humana y sus necesidades”.

Vivir en santidad, sólo significa:

Vivir profunda y conscientemente sus vidas,
sin permitir que las emociones se adueñen de sus actos
y que las necesidades que se hagan presentes,
“no sean reales necesidades, sino perversos deseos”,

“ A los que dan el nombre de necesidad ”.

Necesario es todo aquello,
sin lo cual el vehículo que los contiene,
puede enfermar o morir.

Estas necesidades son patrimonio de la humanidad
y son símbolos de estado vital.

Pero cuidad de confundir reales necesidades,
con deseos alejados del amor de sus esencias.

Es un deseo necesidad de posesión
y saben muy bien
que si es necesaria para sus misiones
un hecho en particular,
éste se dará.

Pero que si por el contrario,
es perverso el deseo que decretan como necesario,
esto no sólo no se dará en forma amable
y buena para sus seres,
sino que además bajará grandemente
sus niveles de energía vital
llevándolos a la enfermedad.

¡ Y ustedes que tienen en sí mismo el don de sanar !

¿ Cómo podrán hacerlo si están enfermos ?

¿ Cómo distinguirán la necesidad real del deseo ?

Aquí nuevamente deberán,
en paz y en concordia, llegar a su hogar interior
y allí a la luz eterna de sus esencias, se preguntarán:

¿ Es esto o aquello,
esta persona o aquella,
necesaria para mi crecimiento y evolución ?

Saben muy bien que la respuesta correcta y única
llegará a sus corazones en forma inmediata.

Eviten el tratar de convertir la respuesta
en juego de mentes o de palabras,
pues sus corazones
ya habrán respondido en la forma clara
y sencilla en la que su esencia se comunica con ustedes.

Y saben también,
que si se dedican a pensar
o justificar la respuesta contraria,
sólo estarán siguiendo el juego de luces de sus mentes…

Más no la real necesidad de sus corazones.

Entonces queridos hijos/hermanos,
elijan sabiamente el seguir el camino
que sus corazones les indiquen.

Y así hallarán la felicidad en sus misiones de vida.

Pues no debe ninguno de ustedes
ser maestro de triste mirada y porte enfermo,
pues entonces no podrán ver
alegres miradas y salud alrededor de ustedes.

“Hoy también quiero hablarles de los niños”.

De esos seres pequeños
cuyas circunstancias se harán muy arduas
en los momentos difíciles que enfrentan
y enfrentarán.

Deben entender que es la mente del niño
libro abierto para el entendimiento,
su espíritu agua fresca para beber
y sus cuerpos semillas que germinan.

Y muchas veces veréis niños de triste mirada
y espíritu anciano en cuerpos enfermos,
porque los seres que en sus cuerpos moran
ven a través de sus ojos espectáculos terribles,
que les hacen temer de lo correcto de su elección
como misión de vida.

Y si bien no deben ocultar a sus niños
la dificultad de su entorno,
deben estas dificultades ser sabiamente explicadas
con lenguaje de niño,
para hacerles sentir que son bienvenidos
en el tiempo y circunstancias presentes
y parte importante del cambio hermoso por venir.

Apoyad vuestra mano fuerte sobre la cabeza del niño sufriente
y dejad que vuestro amor fluya libremente hacia él.

Así no sólo daréis fortaleza al ser encarnado,
sino que además confortaréis la identidad nueva
que inicia su evolución en tiempos de confrontación.

Expliquen a los niños
que es tiempo difícil el que se vive,
pero que igual de difícil,
será hermoso el tiempo por venir.

Nunca critiquen sus juegos,
pues son ellos preparación para la vida
y la misión a cumplir.

Y si ven en esos juegos peligro
o repetición de emociones no sensatas,
amorosamente expliquen a los niños
el manejo sensato de sus emociones y modelos.

Les aseguro que su arcana sabiduría,

así lo entenderá.

“ No conviertan a sus niños
en el reflejo de sus propias identidades o ideas ”.

Aprendan a considerarles identidades libres,
a quienes el Amor del Padre y sus propias elecciones,
tanto la de ellos como las suyas,
han puesto amorosamente a su cuidado,
para que reciban de ustedes la sabiduría,
el apoyo y el amor necesario
para que la fase de preparación de cada una de sus misiones,

pueda cumplirse.

No existe niño alguno
que no haya sido amorosamente solicitado por sus padres,
en el tiempo de la elección de su misión personal.

Pero aun así,
no son ellos de su propiedad
y no deben considerarlos pesados escollos en sus vidas,
ni odiosas obligaciones.

Por el contrario,
si el Padre os ha puesto al cuidado de sus pequeños,
es porque sabe que ustedes tienen en su ser interior,
algo que enseñar a estos niños y mucho que aprender de ellos.

Es la infancia del hijo,
constante recordatorio de aquellas virtudes básicas
que los padres poseen
y que las circunstancias de su crecimiento,
les han hecho olvidar.

Debe el hombre aprender de sus hijos,
así como deben sus hijos aprender de él.

Pero muchas veces los padres, menos que padres,
por considerar a sus niños obligaciones,
pesos u obstáculos en sus vidas,
se transforman a sí mismos en odiosos tiranos
y crueles verdugos de los errores cometidos por sus hijos.

Errores que la mayoría de las veces
son el recordatorio de aquello
que de sus propias vidas adultas deben cambiar,
estudiar, enfrentar y corregir.

Muchos padres alzan sus manos vindicadoras
y las dejan caer sobre los pequeños cuerpos de sus hijos
a la vez que les insultan o les gritan
o los llaman con palabras ofensivas o denigrantes.

En verdad les digo,
que no es el niño víctima quien está siendo corregido,
sino es el padre verdugo
quien se enfrenta al monstruo de la vanidad,
del orgullo, de la envidia, de la soberbia,
de la ira o de la ignorancia,
el que debe en ese momento
abrir sus ojos a la lección de vida que recibe.

Pues si en ese momento detiene su golpe y calla su lengua,
verá reflejada en la mirada del hijo,
la cara del monstruo
que él mismo no ha querido mirar con sus propios ojos.

Entonces sabrá que el mismo está vivo,
sigue viviendo y palpitando en él
y que al contrario de lo que pensaba…
aún no ha sido visto, enfrentado y corregido.

Debe el hombre corregir al niño,
pero en la misma forma
en la que quisiera ser corregido por El Padre,
amable y dulcemente.

Puede conmover a un niño hasta las lágrimas
y hasta lo más profundo de su joven corazón,
una palabra viva dicha con amor.

Mientras que un golpe o un insulto
sólo crearán en él deseo de venganza,
que más tarde o más temprano
hará efectivo con otra identidad,
ésta con otra y así infinitamente.

Y sucederá entonces,
que un padre abusivo,
que un padre
“que no ha dicho la palabra viva de corrección”,
al final será el padre,
no de un hijo adolorido,
sino, de muchas identidades
aferradas a la condición emocional de la venganza.

Cuidad padres de olvidar
vuestro papel de padres y maestros
y justificando vuestra ignorancia,
trocar vuestra imagen en la de verdugos.

Pues está escrito:

“ Que no sabe el hombre que golpea,

a que rostro finalmente irá dirigida su bofetada ”.

Antes de corregir a vuestros hijos,
dirigid vuestras miradas
a la infancia de la que fuisteis protagonistas.

Recuerden hijos que también fueron niños
y que muchas veces se dijeron en su infancia:

¡ Cuando crezca no trataré a mis hijos de tal o cual forma !

Y pregúntense a sí mismos, si lo que hacen,
no es simplemente copiar a sus padres
en ustedes mismos.

Y entonces tomen en cuenta que sus padres,
tuvieron sus misiones de vida,
con aspectos de su evolución que enfrentar y corregir
y que quizás no sea su evolución la misma,
ni deban enfrentar ustedes,
los mismos aspectos evolutivos que corregir.

“ Sean ustedes mismos «.

» No vean hacia atrás para levantar hijos
que van hacia el futuro ”.

Antes bien, vean sus presentes
y reconózcanse una vez más,
allí,
a la luz de sus hogares interiores.

Y sean ustedes mismos,
amorosamente ustedes,
infinitamente ustedes,
con todos los recuerdos de las múltiples identidades
a las que han dado vida.

Con toda la sabiduría que mora allí en sus células,
en su escalera trenzada
que guarda eones de conocimiento.

Y así,
siendo ustedes mismos,
miren al fruto de su amor y de su vida,
que aguarda de ustedes la guía, el perdón,
el amor y la sabiduría
y permítanse ser padres en la forma y la manera
que sus corazones les pidan.

No importa que sea diferente
a los modelos que verán a su alrededor.

¡ Sois maestros y sois padres,

y sois únicos !

Así que, siendo únicos e irrepetibles,
se les ha encomendado el amar, proteger
y guiar a seres únicos e irrepetibles,
frutos del amor de sus vidas.

Así como dos gotas de agua no son iguales jamás
y dos olas no rompen igualmente en la misma playa,
así ustedes levantarán a sus especiales hijos,
según lo que la sabiduría
que mora en sus seres interiores les aconseje.

Acepten gozosamente esta oportunidad
de ser maestros y padres.

Levanten bajo su sombra
al “hombre del tiempo nuevo”
según las nuevas ideas
y el inmenso amor que mora en sus corazones.

No pretendan ser seres distintos a quienes son,
pues tienes ustedes por elección propia,
una hermosa misión de amor.

Y dentro de esa misión,
tienen frente a sí a los discípulos más hermosos
y más amados en la persona de sus hijos
o de aquellos pequeños que a su cuidado
ha dejado el Padre.

“ Amen a sus hijos incondicionalmente,
como yo les amo a ustedes ”.

Su madre y hermana

Miriam

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